Contra el
bicho
Está el
bicho
golpeándose
contra la luz
el cuerpo
apenas nítido, se trasluce
sus bordes son cálidos
pienso en
las palabras que decimos
el amor
hace un daño irreparable
haceme un
daño irreparable
y a lo
mejor
tengamos sólo
estos huesos
irreparables
bamboleándose
entre las
cortinas
y, por
favor, que el gato abra la boca
como un
pescado
y nos
trague
en esa
deliciosa sensación de haber mordido
a la musa
y gracias
SOBRE EL AMOR INVERTEBRADO
Una advertencia:
relacionarse apenas con los libros de Osvaldo Lamborghini, sobre todo si sos
mujer. Tenés mucho riesgo de enamorarte y además era puto y está muerto.
Sí, era un
hombre emputecido. Yo lo amé el año pasado. Y el anterior. Y todos los años
nómades y decadentes de aquí en adelante. Ayer le dije, escuchame, vamos a tomar
una cerveza (yo no tomo cerveza pero por él lo haría) y después me bajás la
bombacha porque hace calor. Y el gusano se quedó dormido. Lo miré y mientras
inventé palabras de amor. Toda una desgracia enamorarse de un puto.
Después me
envolvió en sus dedos explosivos y los hundió en mi cabeza. “Grabate mi nombre
y repetilo hasta que te conviertas en diamante”. “Osvaldo, Osvaldo, Osvaldo”.
Pero yo
estaba en trance y las cosas son como son. Un puto duerme con una puta. Se respiran
de cerca, se desean, se pronuncian, y hacen charcos enormes de sueño
invertebrado.
Qué sería
de nuestras vidas, Osvaldo, si yo no hubiera abierto el libro. Qué hubiera sido
de nuestras vidas si jamás leía una palabra tuya, esas que son como bendiciones
y sanan, y después cuidado con el perro.
Te amo,
Osvaldo. Inyectate un fideo más largo para chuparlo mejor. Abrime las venas,
que son como una ensaladita diet: nutritivas, y chupá vos también. Quizás el amor, alguna vez, nos deje demasiado
flacos.
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